El motor de combustión interna fue el primer tipo de motor de combustión interna que se desarrolló. Fue desarrollado entre 1856 y 1876 por el ingeniero escocés Robert Dewar, y se diseñó para que consumiera poco combustible y fuera fácil de arrancar. Aunque supuso un gran paso adelante en la tecnología de motores, su gran tamaño, los elevados costes de mantenimiento y su ineficacia general lo alejaron de los fabricantes de automóviles.
A principios del siglo XX, el francés Alain Lenoire desarrolló el primer coche con batería. El coche de Lenoire utilizaba una pila de zinc-carbono, que resultó ser muy inflamable. Aunque fue un gran paso adelante, el coche de Lenoire también era muy pesado y caro de fabricar, por lo que era relativamente raro.
¿Cuándo veremos vehículos eléctricos asequibles y de venta masiva?
A principios de la década de 2000, los investigadores empezaron a abordar el problema de la escasa autonomía y los elevados costes de mantenimiento analizando el funcionamiento de los vehículos híbridos. Llegaron a la conclusión de que, aunque los híbridos ofrecen un buen equilibrio entre prestaciones y eficiencia, los vehículos híbridos no son necesariamente la mejor opción para el medio ambiente. En otras palabras, la tecnología híbrida puede manipularse para permitir mayores niveles de eficiencia energética sin sacrificar la aceleración o la autonomía. Los coches híbridos también tienden a utilizar baterías más pesadas y caras, lo que significa que no son ideales para los consumidores habituales. No obstante, ahora también existen los coches híbridos no enchufables.