abril 25, 2024

La partida del Bentley Mulsanne, un ícono de la industria automotor

El mundo automotor es tan fascinante como complejo, su evolución en el último siglo ha supuesto un despliegue acelerado para la industria con modelos totalmente innovadores y vanguardistas, teniendo un ciclo de reinvención ininterrumpido para garantizar la actualización del área y dar soluciones a las necesidades de un público tan exigente como el de este ámbito.

El lujo y la opulencia siempre han marcado la creación de estos modelos, destinado a un tipo de clientes exclusivos, por ello su confección resulta todo un reto para sus fabricantes, intentando calar en el refinado gusto del aficionado a estos coches y hacer de ellos no solo un éxito económico sino que trascienda a nivel social y cultural simbólicamente.

El amplio alcance de la tecnología en el ramo vehicular ha fomentado un crecimiento y competencia sin precedentes en la industria, con la instauración de importantes compañías especializadas en la fabricación de diseños, provocando que anualmente un número importante de modelos con aspectos renovados y mecánica impecable salgan al mercado.

Por tal motivo, es común ver que muchos modelos antiguos empiezan a perder terreno en el plano comercial, viéndose claramente superados por las características y funciones novedosas que brindan cada verano los nuevos diseños, obligando a sus creadores a descontinuar estos modelos y reemplazarlos por los otros más actualizados y a la exigencia del mercado.

Este es el caso de Bentley Mulsanne, un ícono del lujo inglés y considerado una de las berlinas más elegantes del mundo, la cual dejará de construirse a partir del presente verano, ya que su fabricante automotriz, la marca Bentley Motors Limited ha tomado la decisión de darle el adiós definitivo a este coche que ha estado vendiendo desde los últimos 10 años con cierto éxito comercial, basado en los 7.300 ejemplares salidos al mercado.

De esta manera, se pone fin a una brillante etapa en la firma británica, en donde la empresa construía y diseñaba sus propios modelos, contando este modelo con su propia plataforma, tracción trasera y un motor V8 de 6,75 litros, conocido como serie L, toda una rareza hoy en día.

Diseño que marco la historia automotor

Así mismo, este modelo pasará a la historia como el último Bentley construido desde cero en Crewe, Reino Unido, donde la marca tiene su base de operaciones, y su confección ha estado a cargo de poco más 600 ingenieros, que desde el principio se esforzaron en la fabricación del mismo, para dejar a la firma como uno de las mejores constructores de sedanes o berlinas del mundo.

Para tener una idea más objetiva de lo que ha significado este modelo para su compañía, y del cuidado que esta ha empleado en toda la década al momento del su diseño y creación,  se ha contando con más de 700 trabajadores implicados directamente en su producción, los cuales han dedicado alrededor de tres millones de horas de trabajo para su fabricación.

Del mismo modo y siendo más específicos, se han necesitado más de 42 millones de soldaduras por puntos, así mismo, se ha necesitado más de un millón de horas solo para crear los interiores de cuero y dedicado más de 90.000 horas a pulir los coches, datos que demuestran la valía que significó el coche a lo largo de todo este tiempo para la empresa automotriz.

De tal manera, la despedida de este legendario modelo será a la altura del impacto e influencia que este ha supuesto en la cultura popular, con la fabricación de una última y especial edición, la cual será limitada y contará con solo 30 ejemplares, llamada Mulsanne 6.75 Edition by Mulliner.

Como ya es costumbre en el modelo, destaca por lucir una carrocería bitono, con el gris oscuro impreso como color primario, combinado con el cobre en partes como el capó y el techo, posee llantas Mulsanne Speed de 21 pulgadas con un acabado característico del modelo, además, monta la parrilla Serenity y la característica figura que corona el capó tiene un trabajo final oscuro.

Hasta ahora no existen imágenes del diseño del interior, pero la propia empresa automotriz encargada de su fabricación señala que cuenta con diversos homenajes al motor de 6,75 litros, que de paso también dejará de producirse, dejando un legado imborrable marcado en esta última edición.

Una muestra de ello son los controles de la ventilación, ahora con un aspecto de réplica en miniatura de la tapa de aceite, además, en la parte baja del capó se encuentra una placa identificativa con el número dentro de la serie.

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