marzo 28, 2024

¿Qué significa la palabra Esoterismo?

En una época como la actual, en la que muchos términos se usan de manera inadecuada, no es raro encontrar palabras de gran importancia usadas en contextos equivocados, con matices indebidos, y en el peor escenario: darse cuenta de que se les atribuyen significados totalmente engañosos en comparación con los originales, o en realidad opuestos.

Estos conceptos erróneos conducen inevitablemente a lagunas peligrosas en la comprensión real de ciertos temas, que también son tratados por algunos autores con aparente familiaridad e incluso dominio y autoridad autoconferidos. Estas lagunas, muchas veces, se llenan de grandes confusiones y, como ya se ha mencionado, de la eliminación del significado original de ciertas palabras.

Hay que señalar enfáticamente que estos procesos tienen lugar tanto en el mundo del lenguaje cotidiano como en el ámbito académico. ¿Cuántas veces ha escuchado palabras como “trágico”, “deprimido”, “bipolar” usadas con demasiada ligereza en una conversación casual? Palabras que en esta confusa época histórica, se emplean mal y sin adornos estilísticos. Muchas de ellas provienen del griego antiguo, y miles de individuos las usan sin tener conciencia de su valor etimológico. Otras provienen del latín, aún más directamente conectadas con el español moderno, pero los resultados no son mejores. “Matrimonio”, “Patria”, etc., se convierten en algunos conceptos léxicos casi abstractos.

Específicamente, ahora se definirá la palabra y el concepto de esoterismo y el mundo esotérico relacionado. Desafortunadamente, esta palabra lleva una etiqueta injusta en sí misma; nuevamente, la culpa de esto está relacionada tanto con el uso masivo de los mismos, como con el uso que hacen de ellos quienes expresan el mundo académico. El principal error es que se cree que el esoterismo es una palabra de valor sinonímico inherente al ocultismo y la magia; a veces incluso se acerca a la parte más baja y más temida de esta última, la magia negra.

Incluso algunos autores reconocidos caen en este grave error. El esoterismo, para ellos, está conectado con el deseo de poder oculto, el logro de la maestría sobre el conocimiento secreto y prácticas mágicas relacionadas. Para disipar esta concepción errónea, es necesario intentar analizar los otros dos términos que están erróneamente conectados con la palabra “esoterismo”.

La palabra “ocultismo” es en realidad mucho más moderna de lo que se suele pensar, y es unos veinte siglos más joven que “esoterismo”; es introducida en el uso moderno por una persona específica a través de su trabajo: esta persona es Eliphas Levi (1810-1875), un ex abad cabalista, que se hace llamar “Magus”, y que escribió “Historia de magia” (1860), una obra muy popular, que se empareja con su antecesora “Dogma y ritual de alta magia”, publicada seis años antes.

El autor utiliza el término “ocultismo” para definir algo, desde su punto de vista, exactamente: un cuerpo multiforme de disciplinas, o “artes” como se explica, de carácter, “oculto” y del cual, la magia es solo una parte importante como otras.

Desde el punto de vista de Levi, el ocultismo se compone de diferentes ciencias, dos extremos ideales: por un lado, la medicina a base de hierbas medicinales, que parecería inofensiva, pero aún se considera una ciencia oculta; por otro lado, la nigromancia, en total contraste con las enseñanzas bíblicas y a su vez incompatible con la cultura judeocristiana, de hecho prohibida. Entonces, si ya se ha entendido que el ocultismo no es sinónimo de magia, ¿Cómo puede considerar que dos términos que no son sinónimos entre sí estén asociados con el esoterismo?

En cuanto a la magia, tenga algunas consideraciones en mente. Para el autor, el término podría abarcar tres realidades históricas distintas. La primera: la palabra magia y mago se refieren, desde la época clásica a los Evangelios, a una especificidad persa, una tribu dedicada a una religión bien estructurada, dotada de una casta sacerdotal y una relativa comunidad de adeptos.

El segundo lugar: una serie de prácticas que no tenían ni tienen nada que ver con la magia en el sentido común. Ésta es una dinámica de estudio científico parte de carácter práctico y también de la teoría, en muchos casos entorpecido, por las diversas instituciones que en las distintas épocas se comportaron de una manera más o menos oscurantista.

En tercera instancia, se habla de un cuerpo de conocimientos ligado a la parte más “negativa” de la realidad cósmica, es decir,  conceptos de caos y oscuridad. Este crisol ha existido desde las primeras civilizaciones conocidas, pasando luego al mundo grecorromano y llegando a la época cristiana, donde se desarrolla de forma compleja y de manera aterradora, asumiendo los rasgos de una verdadera contrarreligión.

Evidentemente, cabe señalar que existen zonas grises y matices complejos entre las tres realidades descritas anteriormente. Entonces ¿Qué tiene que ver el esoterismo con el ocultismo y la magia? Nada. ¿Y en sentido etimológico? Menos que nada.

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